Last Sunday we encountered a Peter who was commended by Jesus for his amazing profession of faith. In that profession, Peter declared Jesus “the Christ, the Son of the living God.” This week, we find shortly after his profession Peter rebuking Jesus for his testimony about his ultimate suffering, violent death and resurrection. This provoked Jesus to respond quite strongly to Peter, “Get behind me, Satan! You are an obstacle to me. You are thinking not as God does, but as human beings do.”
Indeed, we shouldn’t be too hard on Peter. You and me every Sunday profess our faith in Christ through the Creed but can find ourselves in the “in between moments” of our week doubting, despairing and sinning. Instead of daily celebrating Christ as our light through it all, even in this Pandemic Moment, we echo Peter’s distress and even anger toward God. Can we allow God to be God for us, Christ to be the Son of the living God, or will we retreat into a space of loneliness, despair and hopelessness? Let us celebrate Christ as our light through every kind of moment and declare by our lives that there is no space for Satan here. Finally, may our weekly profession of faith lead us to daily be Christ’s disciples promoting justice, solidarity, racial equity, civic engagement and compassion for all.
El domingo pasado escuchamos a Jesús elogiar a Pedro por la increíble profesión de fe que tuvo al referirse al Señor como, “el Mesías, el Hijo de Dios vivo.” Esta semana, Pedro reprocha a Jesús por haber mencionado su sufrimiento venidero, muerte violenta, y resurrección. Esto provoca una fuerte reacción en Jesús contra Pedro, “¡Apártate de mí, Satanás, y no intentes hacerme tropezar en mi camino, porque tu modo de pensar no es el de Dios, sino el de los hombres!”
Ciertamente no debemos ser muy duros con Pedro. Cada domingo profesamos nuestra fe en Cristo cuando recitamos el credo, pero en ciertos momentos entresemana todavía podemos comenzar a dudar, desesperar, y pecar. En vez de celebrar diariamente a Cristo como nuestra luz durante esta pandemia, podemos hacer eco de la angustia e incluso ira contra Dios que tuvo Pedro. ¿Dejaremos que Dios sea Dios para nosotros, que Cristo sea el Hijo del Dios vivo, o nos perderemos en el desamparo, la desolación, y la desesperanza? Celebremos a Cristo como nuestra luz en cada momento y declaremos con nuestra vida que aquí Satanás no tiene dónde quedarse. Finalmente, que nuestra profesión de fe semanal nos lleve diariamente a ser discípulos de Cristo que promueven la justicia, la solidaridad, la equidad racial, el compromiso cívico, y la compasión hacia todos.
Commenti